Si se tiene en cuenta que la sangre es el vehículo para que todos los nutrientes lleguen a las diferentes células, órganos y sistemas del organismo, sería lógico pensar que la dieta estaría relacionado con el grupo de sangre. De esta forma se establece una dieta especial para cada grupo de sangre. El Dr. Peter D’Adamo, investigó esta relación y observó que las personas con sangre tipo A respondían mal a dietas ricas en proteínas, en cambio, las personas con grupo sanguíneo O toleraban muy bien los alimentos con alto porcentaje proteico.
A partir de estas observaciones se estableció una dieta para cada grupo sanguíneo
- Grupo sanguíneo O: Este grupo de sangre fue el primero en aparecer y la alimentación que le sienta bien se basa en una dieta rica en proteínas de la carne.
- Grupo sanguíneo A: Este surgió con las primeras comunidades agrícolas, cuya alimentación se basaba en una dieta vegetariana, el consumo preferencial de cereales y vegetales.
- Grupo sanguíneo B: Aquellas personas que tienen este tipo de sangre tienen un mejor metabolismo si su dieta es equilibrada y variada.
- Grupo sanguíneo AB: Estas personas tendrían un sistema digestivo frágil que necesita una dieta variada, pero debería ser moderada, ya que tolera mal las carnes rojas, las pastas, los frutos secos y las alubias.
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